Detrás de cada nota, cada gesto y cada pentagrama hay un gran equipo de 12 músicos de cuerda. Juntos, tocamos, reímos, sorprendemos y emocionamos. Y sí, a veces también provocamos alguna que otra carcajada.
Aunque cada uno de nosotros aporta su toque único, compartimos un objetivo común: hacer de cada concierto un recuerdo lleno de música, emoción y entretenimiento.